…intenté crear contenido para redes sociales. No me salía.
Como ir a un bar y pedir un Bitter Kas. O un carajillo.
No me sale. De dentro. No nace.
Entonces creía que tenía un problema y empecé a buscar soluciones.
Una de ellas era asistir a un evento de dos días. Trataba temas, entre otros, la creación de contenido en redes sociales.
En los eventos conoces a gente bien y a gente mal.
Los bien, van a aprender cosas nuevas, hacer contactos y negocios.
Los mal, van a practicar ritos onanistas para ver quien tiene la estrategia más grande.
Bueno, pues después de mucho humo y poco fuego, salí a cenar con otros asistentes al evento.
Fuimos a un restaurante italiano.
La mayoría nos dedicábamos al marketing y publicidad online, pero había empresarios de otros sectores.
Entonces, un tipo algo extraño y rancio, de esos que huelen a necesidad de venta a kilómetros empezó a decir:
«Hay que estar en redes sociales. Si no eres un perdedor.»
«Crear contenido es imprescindible para vender por internet.»
«He conseguido tropecientosmil seguidores gracias a hacer un bailecito en RRSS.»
(Sí, está un poco exagerado)
Pues estamos jodidos. Porque a mi no me sale. NO.
Pero no porque no supiera cómo plantear un calendario de contenidos, que lo sé.
Ni porque técnicamente no sepa grabar o editar vídeos. He estudiado producción audiovisual, mi primer negocio fue una productora de vídeos para empresas. Por eso tampoco.
Es porque no me apetecía. Punto.
Pero como siempre he ido de un lado a otro, pues uno lo prueba, como buen pollo sin cabeza.
Lo intenté. Sin éxito y con mucho tiempo perdido.
No me sale. No me nace.
Entonces, en la cena, un tipo que se parecía al Profesor de La Casa de Papel, la serie, dijo:
– ¡Pero si para vender no hace falta hacer tanto ruido!
Y qué razón tenía. Joder, que vas a vender por internet, no a robar un banco.
El punto de inflexión.
Empecé a analizar los negocios que menos ruido y bailecitos ridículos hacían en internet.
Los que ganaban dinero sigilosamente.
Me obsesioné hasta tal punto que me infiltré como un topo en sus estrategias, analizando cada detalle al milímetro.
Cada email, cada página, cada palabra, cada punto y cada coma.
TODO.
Algunos me decían que estaba perdiendo el tiempo, que eso no serviría de nada, que tenía que crear contenido en redes sociales si quería tener un negocio rentable.
Después de horas y horas, días y días, meses y meses, cuando todo parecía estar perdido, que me encontraba en un callejón sin salida…
… encontré el camino.
Había un patrón. Estaba ahí. Todo el tiempo.
Lo tenía delante de mis narices.
La estrategia sigilosa.
Uno. Podía encontrar a mis clientes potenciales directamente por LinkedIn, con sus nombres, apellidos, puestos, empresas específicas… Además, esta parte (que es muy tediosa hacerla manualmente) se puede automatizar con herramientas muy económicas, tan solo tendrás que contestar a prospectos interesados.
Dos. Contactaba directamente con ellos, ofreciendo un recurso de valor, algo que pueda resolver los problemas del potencial cliente. Ya están en mi base de datos. Diariamente les entregaría un mail. Cada día. Vendiendo.
Tres. Dirigirlos a una reunión personal para que acaben comprando lo que sea que vendas. Tus servicios, formaciones, consultorías… Loquesea.
Esto está pasado de moda.
Hace más ruido subir bailecitos en redes sociales.
Es más atractivo, de manera superficial, tener tropecientosmil seguidores (que no compradores).
Es más vistoso complicarte la vida poniendo lucecitas de neón y soniditos a tu estrategia de marketing.
Cómo si fuera una máquina tragaperras.
Ruido. Basura. Tragaperras.
En una haces ruido y vas como pollo sin cabeza.
En la otra vendes de manera silenciosa. Sigilosa.
Sin lucecitas ni soniditos estridentes.
Sin dolores de cabeza.
Así de simple. Así ha sido, así es y así será.
Aunque claro, el negocio de muchos ruidosos es complicarte a ti la vida.
Llamando la atención, SÍ. Haciendo ruido, NO.
Dejar a un lado el ruido chirriante que se te mete en los oídos haciendo tanta presión en los tímpanos que pueden detonar y explotar por los aires.
Venta silenciosa.
Estrategia sigilosa.
✓ La mejor manera de llegar a tus potenciales clientes sin tener que estar creando contenido que no interesa a nadie en internet.
✓ Una táctica «sigilosa» de automatizar correos electrónicos que parecen contenido pero que en realidad son pura venta.
✓ Atraerás solo al público que te interesa, aquellos quienes quieres que sean tus clientes, y que además, ni se les ocurra regatear tus precios.
✓ La estrategia de ventas sigilosa que conseguirá (1.) tener una base de datos de nuevos suscriptores de email interesados en lo que vendes, (2.) generar una confianza indestructible en cada impacto y (3.) persuadir a los nuevos suscriptores para que compren lo que vendes desde el primer contacto.
✓ La estrategia simple, silenciosa y sigilosa que te permitirá huir del maratón del pollo sin cabeza.
✓ Descifrarás el lenguaje secreto y encubierto de la rentabilidad en internet que los gurús vendehumos quieren ocultarte.
✓ La forma más sencilla de tener un sistema de captación de clientes online.
(Lo creas o no, tu cliente quiere que le ofrezcas tus soluciones de manera más sencilla… Ya tiene suficiente con su problema, lo último que quiere es que le compliquen la vida. SIMPLIFICA.)
✓ Vivirás lo suficientemente cómodo como para saber, más o menos, cuántos nuevos clientes te pueden entrar el mes que viene.
✓ Los 13 mails para estimular el punto G de tu cliente y que no le quede otra que comprar, muy felizmente, lo que vendes.
✓ El extraño método pasado de moda que hace que puedas vender todos los días del año sin que te duela más la cabeza complicándote la vida.